"Partiendo de la propia realidad que
vivimos diariamente, puede intentarse definir las tierras altoaragonesas
como la conjunción de dos grandes ámbitos geográficos:
la montaña y la llanura, los dos tan distintos y tan simultáneos
en su presentación. Arriba, el espacio se compartimenta en
valles coronados por montañas, con frío en el invierno
y con el camino a orillas del río, que quiere escapar del
espacio cerrado, casi maternal, en el que se desarrolla la vida
de sus gentes. Abajo, la llanura se abre a todos los puntos cardinales
y
el hombre, que recibe una continuada invitación al viaje,
funciona con la ciencia de los oídos, que le permite dominar
ese medio monótono y cálido de sus pueblos y de sus
cosechas.
Las dos concepciones del mundo que nos rodea, respondiendo al paisaje
que sirve de escenario cotidiano, se han ido entremezclando para
construir la historia altoaragonesa, la andadura de una comunidad
unida por la historia y embarcada en la tarea de crear y alimentar
un reino que acabó llamándose como uno de sus propios
ríos: Aragón."
Domingo Buesa Conde
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